carsharing

 

Un servicio de carsharing puede tener diferentes tipos de funcionamiento, según principalmente el modo de recogida y entrega del vehículo, que dependerá de la infraestructura del sistema y de la facilidad y sencillez que se le quiera dar al usuario del servicio. Los tres tipos que actualmente están en funcionamiento son:

 

– Round-Trip (Con estación base).

Es el modelo usado mayormente en EEUU y Asía, aunque algunas compañías europeas también lo usan. La principal característica de este tipo de carsharing es que el usuario recoge y entrega el vehículo en un mismo punto o estación base, por eso este tipo es denominado «Two-way trip», ya que obliga al usuario a hacer un viaje de ida y otro de vuelta para dar por terminado el servicio. Otro aspecto a tener en cuenta es que la mayoría de compañías que utilizan este modelo piden a sus clientes que establezcan con antelación el periodo de tiempo que van a utilizar el vehículo. Como ventajas, este sistema es el más simple de todos, ya que necesita una menor inversión dada su mínima infraestructura y tecnología de control, así como el espacio destinado a aparcamiento. En cuanto a las desventajas, la principal es su poca flexibilidad, puesto que la mayoría de usuarios demandan un servicio sin retorno, llamado «One-way trip».

 

– One-way trip (Con estación base)

Su funcionamiento es similar al anterior, pero su sistema es multi-nodal, por lo que ofrece una mayor flexibilidad. El usuario recoge el vehículo en la estación de origen y lo entrega en otra diferente, además no tiene la necesidad de definir con antelación el tiempo de uso. Según algunos estudios, este modelo incrementa el uso del servicio un 23%11 en comparación con el anterior «Two-way trip», por lo que estamos delante de un sistema mucho más interesante. En cambio, el dotar al usuario de mayor libertad, los costes del servicio serán más elevados, necesitando una mejor tecnología de control, redistribución de vehículos, mayor espacio de aparcamiento y un complejo estudio de la situación de las estaciones que garantice su optima localización.

 

– One-way trip (Sin estación base)

Es el modelo más flexible de todos y el que más se acerca al uso que se le puede dar a un vehículo privado. El usuario alquila el vehículo más cercano de cuantos se reparten por la ciudad, pudiendo dejarlo y dar por terminado el servicio donde él quiera. Este sistema conlleva tener una central que controle a tiempo real todos los vehículos, además de avisar a los usuarios sobre la localización de los mismos. Como ventajas tiene la no necesidad de una infraestructura de aparcamiento, pero por contra necesita mayor gasto en control y mantenimiento.

 

Todos estos tipos de carsharing pueden pertenecer a diferentes categorías según si mantenidos y gestionados por empresas privadas o por cooperativas y organizaciones locales. A los primeros se les denomina B2C, es decir, Business to Consumer, y detrás de ellos están, además de algunas de las compañías más importantes del sector del carsharing que antes se han mencionado, los grandes fabricantes de la industria automovilística. La segunda categoría, que engloba a aquellas iniciativas sin ánimo de lucro y con el cambio de hábitos como objetivo, se denomina NFP, siglas que quieren decir Not-For-Profit. Últimamente viene desarrollándose en los Estados Unidos una novedosa forma de carsharing. Se trata de que cualquier particular puede «ceder» su coche a una compañía para que esta lo use dentro de su flota. Para ello se deberá hacer un estudio tanto del propietario como del vehículo, además de instalarle todo el equipamiento necesario para su control a distancia. Es el mismo propietario el que elige en que momentos su vehículo está disponible y en cuáles no. Con esta nueva modalidad se crea la categoría P2P, cuyo nombre Peer to Peer deja clara la naturaleza de la misma.